sábado, 1 de octubre de 2011

El historial criminal de la ciencia asesina

Gen 2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; Gen 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Muchos de ustedes, seguramente han sido bombardeados, con un discurso apológico sobre las bondades de la ciencia. Sin embargo, la cruda realidad asoma y una verdad como un templo es que la ciencia está en manos de científicos que trabajan al servicio de los gobiernos y una élite mundial que nos gobierna en la sombra, que rigen nuestro destino con mano de seda y guante de hierro.   ¿Han pensado alguna vez en sus crímenes y la trampa mortal que se avecina en el final de los tiempos? Pues deberían hacerlo y no solo lo digo yo, también lo dice la vidente argentina Luz de María: ..."Gran calamidad habrá en todo el mundo, tan grande como nunca antes la han visto. Una gran explosión nuclear contaminará las aguas y dañará al hombre. La mano del hombre ha creado su propia destrucción. No piensan con seriedad sobre las calamidades por las que pasará, Mi Pueblo, Mi Iglesia. Algunos se encuentran tan cómodos en el mundo, en su vivir actual, que dejan de lado la verdad"... 








¿Acaso  no recuerdan las entrañables historias que nos contaron nuestros abuelos? Echan de menos comer un pescado sin metales pesados, hidrocarburos y radiotoxinas, procedente de los mares y ríos de aguas cristalinas y ausentes de comtaminación; el sabor de la fruta y la verdura procedente de una tierra que no ha sido masacrada con pesticidas, una fruta y verdura orgánica, que no es producto de una manipulación genética. Los famosos transgénicos (organismos modificados genéticamente) amenazan con dañar seriamente nuestra salud, al igual que los alimentos "industriales" repletos de edulcorantes, colorantes, espesantes y conservantes artificiales. El hombre no ha nacido para tomar productos obtenidos por síntesis química ¿Acaso han visto a un león tomar una aspirina? Sin embargo, algunas mentes han decidido atiborrar de pienso transgénico e inyectar vacunas con hormonas, a su ganado. Muchos de esos animales han enfermado gravemente o han muerto al poco tiempo, de someterse a los designios de la ciencia,  que no duda en practicar la vivisección con animales. Las imáǵenes dantescas de estos experimentos ponen los pelos de punta a cualquiera unos experimentos cuyos beneficios para la humanidad son mas que dudosos.










Pero aún hay mas, la contaminación mediambiental, basta estar unas horas en el campo y regresar a la ciudad  para notar un cambio brusco en el aire que respiramos. Mientras, algunos están preocupados mirando al cielo para ver si aparecen aviones que arrojan estelas químicas (también llamados chemtrails) no han dejado su huella. Esa mala oxigenación provoca múltiples enfermedades como puede ser el cáncer. Estas enfermedades son curadas con fármacos que, como dijo una ex-representante de la industria farmacéutica, torturan literalmente al paciente y en algunos casos provocan la muerte, al igual que algunas vacunas, que incorporan metales pesados como mercurio,  o incluso ADN recombinante del virus del   
papiloma humano (VPH). Mención aparte merece la fabricación y distribución de drogas, las mas letales (cocaína, heroína, éxtasis, speed, etc),se obtienen mediante procesos de síntesis química en laboratorios destinados a tal efecto y han causado la muerte de millones de jóvenes de todo el mundo y enfermando gravemente a otros tantos.



Después de la primera bomba atómica, Albert Einstein , un científico digno que se avergüenza de lo que hizo, declaró : "¡Si lo llego a saber, me hago relojero!".






Mientras, algunas personas sufren porque son sensibles a los campos electromagnéticos producidos por redes inalámbricas, de antenas de telefonía móvil y de televisión o lineas de alta tensión. Ellos se  lamentan de los tremendos dolores que causan a sus organismos los perniciosos efectos de esta radiación electromagnética que está por todas partes. Las personas que viven cerca de centrales nucleares y en zonas colindantes no corren mejor suerte, en especial, podríamos recordar los casos mas recientes de Chernobyl y Fukushima. la radiación afecta a los seres humanos, animales y plantas, dañando seriamente su sistema inmunológico y provocando  terribles enfermedades mortales.


La ciencia se ha convertido en rehén al servicio de los ejercitos: armas químicas, bacteriológicas y nucleares han causado estragos en poblaciones enteras: las bombas nucleares explosionadas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, dejaron decenas y decenas de miles de muertos al igual que altos niveles de radioactividad, cuyos efectos han perdurado en generaciones posteriores; el agente gas naranja, un exfoliante químico usado contra la población civil de Viet-Nam en compañía de bombas de fósforo, ha arrasado grandes zonas selváticas y de cultivos y dejado horribles cicatrices y malformaciones a los supervivientes, también como no, a sus vástagos. Así podríamos citar otros lugares de conflicto como Afganistan, Chechenia, Iraq...la lista sería interminable. 



Además se han desarrollado armas como el proyecto HAARP, un arma que emite microondas (ondas directivas y de frecuencias superiores a 1 GHz) contra la capa de la  ionosfera, rebotando en ésta para que después su haz de ondas electromagnéticas se dirija sobre el territorio de un país determinado, considerado como objetivo a rendir. HAARP es capaz de causar terremotos, tsunamis y mediante ese pulso electromagnético que inutilice su redes eléctricas y de telecomunicaciones así como múltiples equipos electrónicos, o sea, una vuelta a la edad de piedra en cuestión de segundos que echarían por tierra, las pocas bondades de la ciencia que supusieron alguna mejora en nuestra calidad de vida.

 


El uso (mas bien abuso) por parte de ejércitos y servicios de espionaje del campo de telecomunicaciones con el objetivo de crear redes de control orwelliano que siguen todos nuestros movimientos, a través de una pantalla con la ayuda de una red satelital, ha destruido la creatividad y fantasía del ser humano, que siente temor no solo a actuar sino también a pensar por su cuenta. Esta información sobre nuestra vida privada,  es a veces, puesta en bandeja a  grandes multinacionales,  a cambio de suculentas cantidades de dinero. Mas tarde, colapsarán nuestras mentes a través de publicidad de productos y servicios directamente relacionados con nuestros gustos. Detrás de estas campañas de publicidad, se encuentran oscuras mentes que apuestan por el conductismo, tratan de encerrarnos en una caja de Skinner global, para  que hagamos de sus deseos, nuestras conductas.




Los productos electrónicos de consumo de usar y tirar han sustituido a los mass-media como el opio del pueblo. A través de sus pantallas extraplanas, las luces nublan la visión del sombrio futuro que se avecina: un planeta excesivamente contaminado, con aguas negruzcas y vastas zonas geográficas afectadas por los escapes radioactivos emitidos desde las numerosas centrales nucleares que hay en todo mundo, unas centrales nucleares que precisan de energía procedente de una central eléctrica para poder subsistir y no haya riesgo de fuga radioactiva. Es cierto que disponen de grupo electrógenos pero éstos, solo garantizan energía eléctrica durante un periodo muy corto de tiempo, Sin combustible, los grupos electrógenos no funcionan y hay que tener en cuenta que el suministro a medio plazo de los grupos electrógenos, procederían de camiones cisterna dotados de tecnología electromecánica, que corren serios riesgos de ser dañados por fulguraciones solares potentes, unos camiones cisterna que necesitan gasolina o diesel procedente de una gasolinera, que a su vez depende de electricidad para el suministro y su abastecimiento.


Sin redes eléctricas y de telecomunicaciones por causa de tormentas solares de clase X, que no solo dañan nuestra tecnología actual tanto en el espacio como en la Tierra sino que provocan daños en los cuerpos de los seres humanos, animales y plantas. Muchos nos haremos  esta pregunta dentro de pocos meses: ¿Vivimos antes de morir?