miércoles, 21 de marzo de 2012

La última trompeta: vigilen sus lenguas



Hijos míos, muchos de ustedes no están haciendo lo que Yo les mandé hacer; son desobedientes y verán las consecuencias si no se arrepienten y cambian sus malvados caminos; paren de hacer esas cosas que a Mí no me agradan. Yo veo y escucho todo, aun vuestros pensamientos. 

Yo advertí y les mandé a ser diferentes al resto del mundo. Yo dije: "Bendigan y no maldigan, amen y no odien, oren por todos, incluso por sus enemigos". ¿Me han obedecido en esto?. Los desobedientes no entrarán al Reino de los Cielos. Yo soy la Puerta y la puerta es estrecha.

Hijos míos, les digo esto para vergüenza de algunos, pero a muchos ya ni siquiera les pesa. 

¿Cómo puede haber bendición y maldición, amor y odio de una misma boca?. ¿No saben que ustedes son Templo de mi Santo Espíritu y que Yo les haré responsables por cada vana palabra hablada?. Aquellos que destruyen Mi templo, Yo también les destruiré. 

No es lo que entra por la boca lo que les contamina, sino lo que sale de la boca del hombre. 

Sería mejor para muchos permanecer callados. Sin santidad, nadie me verá. Tienen que ser intachables en medio de esta perversa generación, sean totalmente diferentes. 

Tienen que ser sal y luz, ¿lo son?. 

No miren a los demás, miren sus propios corazones y ¡controlen sus lenguas!. 

¿Están sus lenguas construyendo o destruyendo Mi Reino?