jueves, 12 de septiembre de 2013

Polémica por las declaraciones del nuevo secretario de Estado del Vaticano, Pietro Paroli

Algo se mueve dentro del seno de la Iglesia Católica y del Vaticano y los sectores  católicos mas conservadores  están  contrariados. Los estudiosos de las profecías ven en las declaraciones del  secretario de Estado del Vaticano, Pietro Paroli, una señal de que la Iglesia Católica atravesará por un periodo lleno de convulsiones internas y que puede acabar en cisma.

Sus declaraciones al diario El Universal de Caracas, del pasado domingo, han producido estupefacción entre algunos católicos y no tan católicos… y siguen generándola. En España, sin ir más lejos, rotativos como El País, El Mundo, La Vanguardia, ABC o La Gaceta continúan haciéndose eco de la entrevista al nuevo secretario de Estado del Vaticano, Pietro Paroli, todavía Nuncio Apostólico en Venezuela. Por algo será… 

¿Y qué ha dicho Paroli para despertar tan inusitado interés en los medios de comunicación? Nada mejor que extractar la entrevista para entenderlo. El nuevo secretario de Estado del Vaticano a las preguntas del periodista:

-¿No existen dos tipos de dogmas? ¿No hay dogmas inamovibles instituidos por Jesús y los que vinieron después, a lo largo de la historia de la Iglesia, creados por los hombres y por tanto susceptibles de cambios?

-Ciertamente. Hay unos dogmas definidos e intocables.

-El celibato no es… -agrega el reportero.

-No es un dogma de la Iglesia y se puede discutir porque es una tradición eclesiástica.

-Que se remonta ¿a qué época?

-A los primeros siglos. Después la implementación se aplicó durante todo el primer milenio, pero a partir del Concilio de Trento se insistió mucho en eso. Es una tradición y ese concepto pervive en la Iglesia porque a lo largo de todos estos años han ocurrido acontecimientos que han contribuido a desarrollar la revelación de Dios. Esta finalizó con la muerte del último apóstol (san Juan). Lo ocurrido luego ha sido un crecimiento en la comprensión y actuación de la revelación.

-A propósito del celibato…

-El esfuerzo que hizo la Iglesia para estatuir el celibato eclesiástico debe ser considerado. No se puede decir, sencillamente, que pertenece al pasado. Es un gran desafío para el Papa porque él posee el ministerio de la unidad y todas esas decisiones deben asumirse como una forma de unir a la Iglesia, no de dividirla. Entonces se puede hablar, reflexionar y profundizar sobre estos temas que no son de fe definida y pensar en algunas modificaciones, pero siempre al servicio de la unidad y todo según la voluntad de Dios. No es lo que me plazca sino de ser fieles a lo que Dios quiere para su Iglesia.

-¿Y qué es lo que quiere?

-Dios habla de muchas maneras. Debemos estar atentos a esta voz que nos orienta sobre las causas y las soluciones, por ejemplo, de la escasez del Clero. Entonces hay que tomar en cuenta, a la hora de adoptar decisiones, estos criterios (la voluntad de Dios, historia de la Iglesia), así como la apertura a los signos de los tiempos. 

-Usted ha dicho que se deben lograr los cambios sin dividir a la Iglesia. ¿No cree que una manera de decidir sobre su aplicación sería consultando al grueso de la feligresía o al menos a los obispos? ¿No es necesaria una democratización?

-Ciertamente. Siempre se ha dicho que la Iglesia no es una democracia. Pero es bueno, en estos tiempos, que haya un espíritu más democrático en el sentido de escuchar atentamente y creo que el Papa lo ha indicado como un objetivo de su pontificado. Una conducción colegiada de la Iglesia donde puedan expresarse todas las instancias. Luego le correspondería a él tomar una decisión.

-Cuando se plantea la necesidad de cambios uno se apercibe de que el Papa, antes que hablar, ha dado muestras de esos cambios con su ejemplo de sencillez y austeridad. Ese comportamiento, que contrasta con el de la Curia, ¿no nos está diciendo que la Iglesia está lejos de la feligresía, que ha ido perdiendo contacto con la realidad social y que la reivindicación de los oprimidos está más lejana que nunca? 

-Me parece fundamental la capacidad del Papa para inducir los cambios a través del testimonio personal.

-¿Algo sin precedentes en la historia de la Iglesia?

-No, pensamos en Juan XXIII. Pero a mí no me gusta contraponer. Hay estilos diferentes. Eso sí, lo debemos aceptar y es normal porque la Iglesia es un jardín donde hay flores de distintas formas, colores y perfumes. Entonces, hay diferencias entre los papas…

-¿Qué piensa que va a ocurrir con otras confesiones? ¿Es posible la reunificación con la Iglesia Católica de Oriente? ¿Cómo se plantea las relaciones con el islamismo?

-El Papa mantuvo relaciones cercanas y fraternas con los representantes de otras religiones en Argentina. Además, esta es una clara directriz de El Vaticano II: diálogo interreligioso después del diálogo intrarreligioso. Con las confesiones cristianas el objetivo es la unidad. ¿Se podrá llegar a eso? Nosotros lo esperamos. Ya se ha recorrido mucho camino con los papas anteriores. Los tiempos son los tiempos de Dios. El Papa está haciendo lo posible por llegar a una unidad visible. En cuanto a las otras religiones, debemos colaborar para que Dios no desaparezca del horizonteporque hay una secularización, sobre todo en Europa, pero también en América Latina y Venezuela, y eso significaría la pérdida del sentido de Dios.