domingo, 15 de diciembre de 2013

El Islam en el Viejo Mundo

En el Viejo Mundo existe un tremendo peligro avistando. Y es muy difícil ser optimista. Es muy posible que ya estemos transitando las últimas etapas de la Islamización de Europa. Esto ya no es solamente un peligro claro y actual para el futuro de Europa en sí, sino una amenaza a todo el mundo Occidental. La Europa que conocemos está cambiando, existe otra Europa, la sociedad paralela que ha creado la migración masiva Musulmana. A través de toda Europa está surgiendo una nueva realidad: barrios enteros de musulmanes donde poquísimos personas nativas residen o si quiera son vistas. Y en el caso de serlo o estarlo, muy posiblemente se arrepientan. 

Es el mundo de las cabezas envueltas en pañuelos, donde las mujeres caminan enfundadas en carpas que deforman sus figuras, empujando cochecitos de bebes y llevando otros niños de la mano. Sus esposos, o “sus amos”, caminan por delante a unos tres pasos de distancia. Hay mezquitas en prácticamente cada esquina. Los negocios muestran carteles escritos en letras árabes y en muchas ocasiones versos del Corán. Por ningún lado podrán ver que se esté desarrollando alguna actividad económica. Estos son los ghettos Musulmanes controlados por fanáticos religiosos. Las antenas satelitales no apuntan hacia las estaciones de TV, sino hacia las estaciones del país de origen. Estos son los barrios Musulmanes, y están surgiendo en todas las ciudades de Europa como si fuesen hongos. Estos son los bloques de edificios construidos de tal forma que puedan ser territorialmente controlados en grandes partes de Europa, calle por calle, barrio por barrio, ciudad por ciudad. A través de toda Europa hay ahora miles de mezquitas, cuentan con congregaciones mucho más grandes de las que tiene otras iglesias. Y en cada ciudad Europea ya existen planos para la construcción de “súper-mezquitas” que no harán sino convertir en pequeños a todas las otras iglesias de la región. No cabe duda, el mensaje es: nosotros reinamos.

Muchas ciudades Europeas ya tienen una cuarta parte de su población que es Musulmana; tomen como ejemplo a Ámsterdam, Marsella y Malmo en Suecia. En muchas ciudades la mayoría de la población menor de 18 años es Musulmana. Paris está ahora rodeada por un anillo de barrios Musulmanes. El nombre más común que se escucha llamar entre los niños en muchas ciudades es: Muhammad. En algunas de las escuelas primarias de Ámsterdam ya ni se mencionan las granjas, porque de así hacerlo significaría mencionar al cerdo, y eso sería un insulto para los musulmanes. Muchas de las escuelas estatales en Bélgica y Dinamarca sirven solamente alimentos “halal” a sus alumnos. En Inglaterra, los tribunales “sharia” han pasado a ser parte oficial del sistema legal Británico. Muchos barrios de Francia son ahora áreas por donde ninguna mujer puede caminar sin cubrirse la cabeza. 

La Universidad de San Diego ha calculado recientemente que no menos del 25% de la población Europea será Musulmana en apenas los próximos 12 años a contar de ahora y una mayoría Musulmana para cuando finalice este siglo. Pero estas son nada más que cifras. Y las cifras no serían una amenaza si los migrantes musulmanes mostrasen que estarían dispuestos a integrarse adecuadamente con la sociedad que los acoge. Pero apenas si dan muestras de desear tal cosa. El Centro Británico por la Cohesión Social informó que un tercio de los estudiantes Británicos Musulmanes están a favor de la instauración del califato a nivel mundial. 

Los musulmanes exigen lo que ellos llaman “respeto”. Y así es lo que nosotros les damos nuestro respeto. Las exigencias Musulmanas están siendo apoyadas por comportamientos ilegales, que van desde delitos menores y violencia indiscriminada, como por ejemplo la que se aplica contra los conductores de ambulancias y de ómnibus, hasta huelgas y protestas menores. En París se han registrados hechos de este tipo en los suburbios de menores ingresos. 

En realidad, los musulmanes no vienen para integrarse en la sociedad Occidental; vienen para que la sociedad Occidental se integre al Islam. 

La vida y el comportamiento del Profeta del Islam Muhammad tienen una gran importancia e influencia para los musulmanes y en modo alguno podrá ser criticado. Ahora bien, si Muhammad hubiese sido un hombre de paz, no existiría ningún problema. Pero, resulta ser que Muhammad fue un jefe guerrero, asesino de masas, pedófilo, que tuvo muchas esposas, todo al mismo tiempo. La tradición islámica nos relata cómo peleaba en las batallas, de qué manera asesinaba a sus enemigos o ejecutaba a sus prisioneros de guerra. Su pensamiento es que: si es bueno para el Islam, está todo bien. Y si es malo para el Islam, está todo mal.


No se dejen engañar con eso de que el Islam es una religión, en su esencia el Islamismo es una ideología política. Es un sistema que fija reglas detalladas para la sociedad y la vida de cada individuo. El Islamismo pretende dictar leyes que hacen a todos los aspectos de nuestras vidas. Islamismo significa sumisión total. El Islamismo no es compatible con la libertad y la democracia, porque su meta es solamente la “sharia”. Si quieres comparar el islamismo con cualquier otra cosa, compárenlo con el comunismo o el nacional-socialismo, que son todas ideologías totalitarias. 

Una Europa Islámica significaría una Europa sin libertad y sin democracia, un territorio desierto económicamente, una pesadilla intelectual. Debemos tomar ya mismo las decisiones necesarias para frenar esta estupidez Islámica que pretende destruir este mundo libre que tenemos ahora.

Raad Salam Naaman

Cristiano católico caldeo de origen iraquí